viernes, 9 de mayo de 2008

St. Jim de Père-Lachaise

Junto con la torre Eiffel, el museo del louvre y la catedral de Notre Dame, la tumba de Jim Morrison en el cementerio Pére Lachaise se a vuelto un poco de visita obligatoria para el turista en Paris, en este caso el alivianado. si eso ya era común dado el estatus legendario del cantante, ahora con el renovado auge que le ha dado la película de Oliver Stone, The Doors, La tumba es un sitio de reverencia multitudinaria.


Una persona en particular ha visitado la tumba de forma casi diaria a lo largo de dos años. Se trata de Michel Campell, una fotógrafa de Austin, Texas que le ha dado a su obsesion un caracter profesional, ha tomado tantas fotos sobre el lugar y sus visitantes, que planea montar una exposiscion y publicarun libro sobre las diferentes manifestaciones del duelo morrisiano. sin duda el proyecto será exitoso.




Gracias a la intervencion de Federico Serrano, amigo que recide en Paris desde hace años, me pongo en contacto con Campell y ella acepta mostrarme la tumba de morrison, así como otros puntos de interés del Pére Lachaise, que es el cementerio más extenso en el área urbana de Paris y de donde yacen otras celebridades como Moliére, Balzac, Wilde, Apollinaire, Proust y Chopin. La fotógrafa es la mejor guía que uno puede esperar, pues ha hecho del cementerio su segunda casa, y lo conoce con la minuciosidad de los obsesivos.




Antes ir a al tumba del Rey Lagarto, Campell em conduce a otros sepulcros curiosos. Como el de Allan Kardec, fundador del espiritismo que se mantiene cubierto de arreglos florales gracias a la vigencia de su culto: para demostrarlo, aparece una misteriosa joven, vestida de negro que apoya una mano en el busto de Kardec, y permanece un largo rato así, con un gesto de concentración en su rostro. Pero el más intrigante fue es el de Victor Noir, periodista asesinado de un tiro por Pierre Bonaparte en 1870, por alguna razón, quien esculpió la estatua fúnebre desidió ser muy detallista y representó a Nior con el agujero de la bala mortal en el pecho, el botón de sus pantalones desabrochado y lo que parece ser una turgente erección póstuma. Por esa última caracteristica, la tumba de Noir se ha convertido en objeto de extraño ritual fetichista: las mujeres con problemas de amores se montan sobre la supina estatua porque alguien, (Dios sabe quién), decidió que eso ayudaria a resolverlos. Tan común es la superstición (y tan abundantes los problemas del amor :( ) que la estatua de bronce se muestra pulida y hasta brillosa en tres sitios: los labios y la barbilla (por los incontables besos), el área genital (por razones obvias) y los zapatos (porque las mujeres en cuestión necesitan un punto de apoyo para practicar el rito sin caerse de la tumba).

Otros rituales menos inofensivos se llevan a cabo de noche en el Pére Lachaise. Campell me enseña varias lápidas donde se han tallado signos y mensajes satanistas, e incluso la mancha de sangre por el sacrificio de un animal pequeño (espero). De día, la palcidez y la atmosfera Bucólica del cementerio hacen díficil imaginar que, el arribo de las tinieblas, se vuelva el escenario de violentos ritos paganos. la fotógrafa me muestra uno de los espacios preferidos para las ceremonias, el centro exacto del cementerio. Sobre una lápida aledaña se lee un mensaje blasfemo garabateado en alemán. Satanistas alemanes, ésa sí que es una idea escalofriante.

Aun sin la guía de Michell, hubiera sido fácil dar con la tumba de Morrison, o chez Jim. Por todos lados encuentra uno dibujos de flechas que indican el camino, y es el sitio donde se dirige el grueso de los visitantes. para mayor orientacion está la música; un chavo ha llevado su ghetto Blaster para tocar cassetes de los Doors, aunque está prohibido. A su llegada, la fotógrafa saluda con familiaridad a los otros habitués de la tumba, algunos de ellos clochards de edad indefinida. Llama la atencion uno llamado Pascal, conocido por su estrecha relación con una rata blanca que lleva en el cuello como estola; Pascal podría tener entre 18 y 45 años.

Siendo los franceses tan chovinistas, es evidente que han adoptado a morrison como propio; ya que tubo el buen gusto de morir en Paris, se le ha tomado como una especie de Rimbaud de importación. Por lo pronto, el busto del rockero que antes decoraba la tumba desapareció hace tres años (el que se muestra en la pelicula de Stone es falso, uno de plastico hecho más a semejanza del actor Val Kilmer). Hace poco, la tv francesa localizó y entrevistó al culpable del hurto: un chavo parisino que dijo tener la escultura en su departamento para inspirar sus tocadas y sus reventones: allí seguirá mientras alguien, con una oferta lucrativa, no le inspire venderla. En sustitución del busto, un rumano puso el día anterior a mi visita una losa de concreto robada de otro lado, donde dibujo la cara de Morrison. tales homenajes improvisados son rutinarios. las criptas y lápidas cercanas están cubiertas de graffitis alusivos a Jim, siendo más típicas las citas de las letras de sus canciones, o las declaraciones de amor. Hay un mensaje curioso de una chica que ha escrito: "Jim Morrison is dead. Janis Joplin is dead. Jimy Hendrix is dead. Chris de Burg is still alive. why?" una cripta cercana lleva el letrero de "Morrison hotel" (sic) porque es allí donde todos se refugian cuando empieza a llover.


De vez en cuando, las autoridades del cementerio limpian con ácido la tumba de Morrison y anexas, por lo que el graffiti se renueva constantemente. y en diciembre de 1990, los padres de Jim pusieron una piedra sepulcral, grabada a un lado con una leyenda "James Douglas Morrison. 1943-1971", seguido por una frase de griego antiguo, "Kata ton daimona eatoy", que según ha averiguado Campell puede interpretarse como "De acuerdo al espiritu (Divino) de si mismo" o también como "deacuerdo al espiritu o el demonio dentro de si mismo". la interpretación depende de los sentimientos del exalmirante Morrison hacia su hijo. Campell tomó una foto de los padres en la última visita, cuando en una ceremonia privada se colocó la piedra: un par de ancianos norteamericanos, en un día lluvioso, solos en un lugar normalmente atiborrado de gente que no conoció en persona a su hijo. Es una imagen triste.
A petición de los señores Morrison, las autoridades de Pére Lachaise han prohibido que se graben en video los happenings que se realizan en la tumba de Jim. Por ello, un equipo del canal HBO llega con una actitud clandestina de un comando guerrillero; los norteamerianos empiezan a hacer entrevistas entre los visitantes-varios de clochards se niegan-pero el gusto les dura poco, los vigilantes los sorprenden y, sin mayor decusión los apañan. Michell me explica que desde la desacralización de tumbas judias ocurrida a principios de 1990, la vigilancia se ha vuelto muy estricta. Justo un 5 de mayo, un grupo de jovenes mexicanos, sintiendose personajes de un cuento de Juan Villoro, se saltaron la barda del cementerio para visitar de noche la tumba de Morrison. Lejos de Puebla, ese encuentro lo ganaron los francesés.
Conforme avanza la tarde y se acerca la hora del cierre, el ambiente en torno a la celebre tumba del Pére Lachaisese hace más de feria. curiosamente, somos pocos los treintones y cuarentones es decir, los que escuchamos a los Doors en su momento. La mayoria de los visitantes son chavitos cuya existencia nisiquiera estaba aún planeada por sus padres cuando Jim tomó su último baño de tina. Algunos de ellos cumplen el rito Doinisiaco de verter vino o cerveza sobre la tierra de la tumba, por lo que la zona hiede a alcohol fermentado. En un cálculo paradójico, es posible que el alcohol derramado sobre la tumba de Morrison supere ya en litraje al que él logro meterse al buche en sus 27 años de vida.

Con tanto tiempo dedicada a acudir al lugar, Michelle Campelle es un catalogo ambulante de anecdotas. como la de Stiv Bators, el rockero punk tambié fallecido en Paris (pero atropellado por un auto) que pidio que la mitad de sus cenizas se esparcieran en toda la tumba de Morrison (o sea que Stiv- o medio Stiv, al menos- monta una guardia permanente); o la de la niña gringa de unos cinco años que creia estar ante el sepulcro del Roy Orbison, porque era él único rocanrolero muerto que se sabia: o, el colmo, la del adolecente frances que agradecio en voz alta al espiritu de Morrison por ayudarlo a pasar el bachillerato. Eso es lo que nos faltaba: un santo saglar del rock que se vuelve patrono de los estudiantes deficientes.


El tres de julio de 1991 se cumplieron 30 años de la muerte de Jim Morrison , y como se esperaba, se dio en el Pére Lachaise una actividad tumultuaria de la devoción comparable a las perigrinaciones a Lourdes. Ahora si, cancelan su suscripción a la resurrección.


Leonardo García Tsao.

Nena Kris tU Regalito:::)))
"Touch me"




más regalos Ruth...ja XD
"the soft parade"



"The ghost song"


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